El lenguaje SMS, consiste en acortar palabras, sustituir algunas de ellas por simple simbología o evitar ciertas preposiciones, utilizar los fonemas y demás. La principal causa es que el SMS individual se limita a 160 caracteres, si se sobrepasa ese límite, el mensaje individual pasa a ser múltiple, lógicamente multiplicándose el coste del envío. Por esa razón se procura reducir el número de caracteres, para que de un modo entendible, entre más texto o bien cueste menos.
Según un estudio británico, entre los usuarios de 18 a 24 años un 42% los utilizan para coquetear; un 20%, para concertar citas románticas, y un 13%, para romper una relación.
A algunos analistas sociales les preocupa que estos mensajes, con su jerga ortográfica y sintáctica, lleven a que la juventud no sepa escribir bien. Sin embargo, otros opinan que “favorecen el renacer de la comunicación escrita en una nueva generación”. La portavoz de una editorial que publica un diccionario australiano hizo este comentario al rotativo The Sun-Herald: “No surge a menudo la oportunidad de forjar un nuevo estilo de escritura, los mensajes de texto, unidos a Internet, logran que los jóvenes escriban mucho más. Necesitan tener un dominio de la expresión que les permita captar el estilo y defenderse bien con el vocabulario y el registro correspondientes a este género”.
Algunas personas prefieren enviar mensajes de texto (SMS) en vez de hablar directamente por cuestiones económicas. Dado que el coste de SMS es muy accesible frente al establecimiento de llamada y la duración de la llamada.
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